¿Está el equipo realmente preparado para proteger la información crítica de tu organización?
En el entorno empresarial actual, la seguridad de la información ya no es solo una función operativa. Es una responsabilidad estratégica que impacta la reputación, continuidad del negocio y cumplimiento normativo. Sin embargo, muchas organizaciones aún subestiman el impacto de no contar con profesionales que cuenten con las competencias necesarias en la gestión de su seguridad de la información.
El riesgo de improvisar
Según el “Cybersecurity Workforce Study 2023” de (ISC)², el déficit global de profesionales cualificados superaba los 4 millones, con un impacto directo en las decisiones de seguridad, gestión de riesgos e implementación de controles eficaces.
Por su parte, el informe “State of Cybersecurity 2023” de ISACA reportaba que 6 de cada 10 líderes de seguridad identifican carencias críticas en las habilidades de sus equipos.
¿Qué significa esto para tu organización?
- Decisiones basadas en suposiciones, no en criterios técnicos sólidos
- Controles que existen en papel, pero no en la práctica
- Inversiones tecnológicas subutilizadas
- Mayor exposición a sanciones, brechas o interrupciones
¿Cuánto cuesta la inacción?
- Costos directos: multas regulatorias, pérdida de contratos, interrupciones operativas.
- Costos reputacionales: pérdida de confianza de clientes y socios estratégicos.
- Costos ocultos: re-trabajo, procesos ineficientes, desgaste del personal, abandono del talento capacitado.
Y lo más crítico: la falsa sensación de seguridad, que impide ver las brechas hasta que ya es demasiado tarde.
Un ejemplo práctico: ¿cómo saber si tu equipo es competente?
Un enfoque inicial es aplicar una auto-evaluación básica de competencias frente a un perfil de referencia, como el de la norma ISO/IEC 27021:2017, que define los requisitos de competencia para profesionales que apoyan los sistemas de gestión de seguridad de la información (SGSI).
Ejemplo simple:
Este tipo de ejercicio permite identificar brechas reales y priorizar acciones de formación o reasignación de funciones. Lo que no se mide, no se mejora.
¿Qué puedes hacer?
- Evaluar competencias actuales y necesidades futuras
- Invertir en formación técnica y estratégica
- Vincular la ciberseguridad a los objetivos corporativos
- Profesionalizar la gestión de riesgos y controles
Conclusión
No basta con tener políticas, firewalls o herramientas de monitoreo. La verdadera protección viene de personas competentes, alineadas con el sistema de gestión y conscientes del impacto de sus decisiones.
Invertir en competencias hoy evita pérdidas, sanciones y crisis mañana.
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